Marie Somville y Frédéric Pradelle, de Octopus Robots, fueron los encargados de la ponencia sobre “Los vectores de contaminación y desafíos sanitarios en la avicultura” durante el LPN Congress 2018.
Tratamiento y trabajo de la cama
Hoy en día la avicultura debe enfrentarse a varias problemáticas, entre producción intensa, bienestar animal, patógenos y medio ambiente, las presiones sobre la avicultura son múltiples. El control de las condiciones internas de los edificios es primordial para obtener una producción suficiente en un entorno propicio al bienestar animal.
Causas y problemas derivados de las camas
La problemática, en términos de riesgos para la salud y de bienestar animal, es fundamentalmente un problema de orden microbiológico directamente relacionado con la cama de las aves. Al inicio del lote ésta se encuentra saludable, pero se va cargando gradualmente con los excrementos de las aves de corral, restos de alimentos y agua.
Una higrometría excesiva provoca la aglomeración de la cama, el desarrollo de bacterias y otros microorganismos y también una mayor liberación de amoníaco. De hecho, la formación de amoníaco es causada por la fermentación del ácido úrico contenido en las heces de las aves, por lo que la cantidad de desechos equivale a la cantidad de materia prima que luego se convertirá parcialmente en amoniaco.
La temperatura, el pH y la higrometría son parámetros que influyen directamente en el desarrollo, la multiplicación y la actividad de los microorganismos que fermentan el ácido úrico. Si los organismos se encuentran en condiciones óptimas, hay una mayor fermentación y, por lo tanto, una gran liberación de amoníaco.
Las consecuencias en los animales no son menos importantes ya que causan una sensibilización en sus organismos con:
- Dificultades respiratorias y oculares, una incomodidad alimentaria que, en consecuencia, actúa sobre la asimilación de los alimentos influyendo negativamente sobre los GMQ.
- Pododermatitis debido a la cama en costras. El suelo es mucho menos propicio para los movimientos, lo que afecta a las aves para alimentarse y su bienestar, así como su exposición a los patógenos.
- Un debilitamiento de sus defensas inmunes. En el caso de una epidemia, su sensibilidad viral será aun mayor.
Desde un punto de vista financiero, si el número de pododermatitis es demasiado alto, habrá, en el momento de la matanza, un numero de decomisos más importante. Tampoco se puede olvidar el riesgo de contaminación cruzada en la carne de las aves y, por lo tanto, de los consumidores.
En un entorno sin condiciones sanitarias adecuadas, por lo tanto, las bacterias crecen más fácilmente como E. Coli, Campylobacter spp. o Salmonella spp. Algunas causan enfermedades en las aves, enfermedades diarreicas en los humanos hasta en algunos casos el síndrome de Guillain-Barré. Además, según David Acheson y Ban Mishu Allos, aproximadamente el 50 al 70% de los diagnósticos de gastroenteritis se deben a una infección por Campylobacter después del consumo de pollo contaminado.
Además, los microorganismos patógenos ingresan al edificio a través de portadores como los humanos o insectos como el tenebrio (Alphitobius diaperinus) por ejemplo.
Es esencial seguir las reglas de bioseguridad para minimizar los riesgos de contaminación.
Problema ambiental
Finalmente, existe un problema ambiental causado por las descargas, en particular de amoníaco, a través de las ventilaciones presentes en las naves avícolas. Su deposición excesiva en el entorno natural puede conducir a la acidificación y eutrofización del medio ambiente.
Estos gases también pueden tener un impacto negativo en la salud de los pollos, pero también en los de los agricultores que circulan diariamente en los edificios (ITAVI, Instituto Técnico de Avicultura – Francia).
Además, pueden recombinarse en la atmósfera con óxidos de nitrógeno y azufre para formar partículas finas (PM2,5). Ahora se sabe que la exposición crónica, incluso a niveles bajos, es más dañina que la exposición puntual a un pico alto.
Ademásdelasliberacionesdegases,también se ha demostrado que las bacterias presentes en los aerosoles dentro de las granjas se ventilan fuera de los edificios (Chinivasagam HN, Tran T, Maddock L y otros, 2010 y Bayko Baykov, Michail Stoyanov, 1999) generando una potencial contaminación cruzada en los cultivos circundantes, para los humanos y la vida silvestre.
La importancia es controlar todos estos parámetros para limitar la concentración de amoniaco y el crecimiento bacteriano, esencial para las aves y los operadores, sino también para el medio ambiente.
Esto se puede hacer por el trabajo de la cama y su desinfección, la adición de enmiendas en esta última, la ventilación, bebederos adaptados, etc.
El trabajo mecánico de la cama permite su aireación y su secado, lo que consecuentemente reduce considerablemente el riesgo de fermentación y emisiones de amoníaco. Esto también provoca un mejor ablandamiento del suelo, factor importante en el desarrollo de las pododermatitis.
También, la desinfección de la cama regularmente durante la crianza permite disminuir drásticamente la masa bacteriana. La reducción de la higrometría se puede hacer con una ventilación más eficiente (William et al., 1991) y, por lo tanto, también implica una reducción de las emisiones de amoníaco en el aire ambiente.
La avicultura está por lo tanto sujeta a la presión inducida por patógenos, los cuales entran y se propagan en los edificios a través de diferentes vectores, como los humanos o los insectos.
El entorno de los edificios debe controlarse, en particular la higrometría, ya que provoca la aglomeración de la cama, la formación de pododermatitis y la liberación de amoníaco. La avicultura también representa un peligro para el medio ambiente a través de la eutrofización de los ambientes que causa, pero también para los humanos a través de las contaminaciones que induce. Por lo cual, se detallarán las soluciones que existen hoy en día para luchar y minimizar el impacto de estos factores sobre los animales, operadores y el medio ambiente.