El Dr. Keith Bramwell, Gerente de Asesoria Técnica Jamesway Incubator Company, fue el encargado de la ponencia sobre “Embriología: Aprendiendo sobre incubación de los fallos embrionarios” durante el LPN Congress 2018.
Los avicultores tienen mucha mayor facilidad para obtener nuevas informaciones sobre los programas de manejo que antes. Gracias a la magia de internet, los dispositivos de almacenamiento de gran capacidad y otros mecanismos electrónicos, así como los manuales y guías de procedimientos están disponibles para ayudar en la toma de decisiones sobre el manejo de las aves o de las instalaciones.
Sin embargo, intentar sobresalir en todos los aspectos de los sistemas de producción avícola utilizando solamente directrices precisas y exactas suele ser erróneo, ya que este tipo de producción depende de sistemas biológicos que no responden siempre de la misma manera a los estímulos.
Un programa o guía que funciona perfectamente en una localización podría no tener los mismos resultados que en otros operativos donde hay diferentes equipos o se trabaja con otras estirpes o combinaciones de las mismas.
Las instalaciones y equipos pueden resultar en diferencias ligeras, aunque se basen en los mismos objetivos o directrices.
Los productores, a menudo, intentar imitar a otros programas de sistemas exitosos con el objetivo de reproducir sus resultados. A veces esto funciona mientras que otras veces no.
¿Cómo pueden los productores perfeccionar sus procedimientos para alcanzar los mejores resultados?
Aprende del embrión del pollo
Con el aumento de la disponibilidad de la tecnología y la experiencia de los demás, los productores a veces intentan seguir las directrices exactas que utilizan otros con la esperanza de lograr los mismos resultados.
En algunos casos, la tecnología ha hecho que los productores confíen en exceso en estas directrices de manejo y esperan que cuando las implementen los resultados serán totalmente predecibles. Al trabajar con un sistema biológico (huevos, embriones, pollos, etc.) existen variaciones dentro del grupo de animales, lo cual hace que su respuesta sea menos exacta. Es fácil intentar copiar los programas exitosos, pero el verdadero aprendizaje viene tras evaluar los fracasos. El embriodiagnóstico es un ejemplo de esta práctica que permite aprender de los fallos.
Los productores de toda la vida se basaban más en el manejo y el uso del sentido común. Al no poder contar con la tecnología moderna, los productores aplicaban las prácticas de manejo y tomaban decisiones basadas en los patrones de comportamiento y la actividad de los animales. Esencialmente, dejaban que los animales “hablaran” o “comunicaran” cómo se sentían.
Mientras que un animal libre de estrés puede exhibir ciertos comportamientos o señales observables, los animales estresados también muestran signos o acciones que indican cómo se sienten. Por ello, cuando se implementan directrices únicamente para lo que sirven, y son acompañados por la observación del comportamiento de los animales, se logrará perfeccionar las directrices implementadas.
Perfeccionamiento de la incubación
Cualquier planta de incubación comercial, o el gerente de la misma, tendrá uno o varios protocolos para las incubadoras y nacedoras. Los protocolos puestos en marcha fueron implementados basándose en los éxitos previos de la propia instalación o de otra.
A partir de este punto, un embriodiagnóstico adecuado y rutinario, así como el análisis de los residuos de la eclosión, son críticos para el éxito global de la planta de incubación. Aprender de los fallos, dejando a los embriones comunicar su estado de desarrollo, y después utilizar esta información para ajustar o modificar los protocolos existentes con el fin de maximizar la incubabilidad y la calidad del pollito es el mejor camino hacia el éxito de la incubación.
Sin embargo, el embriodiagnóstico debe ser consistente y preciso para poder obtener la máxima cantidad de información.
Todo el personal involucrado en el proceso DEBE estar en la misma página a la hora de determinar la etapa de pérdida embrionaria, ya que de lo contrario será difícil o incluso imposible, obtener resultados precisos.
La formación y el perfeccionamiento grupal, por el propio personal como por consultores externos, es necesario para obtener datos consistentes sobre las pérdidas embrionarias.
Conclusiones
Existen varios programas de manejo que se consideran exitosos, pero la clave de cada uno que, casi con toda seguridad, han sido modificados para adaptarse a cada situación o localización.
Tomar los programas exitosos e invertir el tiempo y los esfuerzos para aprender qué y cómo los embriones y los pollitos están intentado comunicar resultará en el mejor programa y los mejores resultados para cualquier operación avícola.